Las deficiencias leves de ciertos nutrientes son bastante comunes, y la culpa de ello la tienen principalmente los estilos de vida modernos y la forma en que se producen los alimentos. Los alimentos altamente procesados que provienen de la agricultura industrial y de los cultivos insostenibles han contribuido al agotamiento de componentes valiosos en la dieta. Como consecuencia, la mayoría de las personas tienen deficiencias vitamínicas, y en algunos casos éstas son lo suficientemente graves como para causar síntomas molestos. ¿Cuál de ellos debería ser motivo de preocupación?
Inmunidad reducida
Si el cuerpo se ve privado crónicamente de nutrientes, es probable que entre en un estado de “frío perpetuo”. Antes de que aparezcan, por ejemplo, el escorbuto o el raquitismo -ejemplos de carencia extrema de vitaminas-, el organismo habrá enviado durante mucho tiempo señales de que necesita las vitaminas adecuadas.
Las afecciones menores repetidas o los síntomas inicialmente molestos pueden anunciar deficiencias. Esto suele ser una advertencia de que algo no va bien y de que merece la pena revisar la dieta. Lo más habitual es que se deban a niveles inadecuados de vitamina C, D o A.
Problemas de piel
Las afecciones de la piel, como la caspa, las manchas escamosas, la sequedad y la foliculitis, se han relacionado con una mala alimentación, siendo especialmente importantes el zinc y las vitaminas del grupo B. Las buenas fuentes de zinc son la carne, el marisco, las legumbres y los lácteos. Para aumentar sus niveles de vitamina B, busque:
- productos integrales
- aves de corral
- pescado
- carne
- productos lácteos
- huevos
- verduras verdes
- legumbres
Si las heridas se curan con lentitud o notas que los moratones se forman con extrema facilidad, podría ser un signo de falta de vitamina C. Excelentes fuentes son el kiwi, las naranjas, las fresas, los pimientos, el brócoli y los tomates.
Calambres musculares
Los frecuentes calambres musculares involuntarios pueden ser un signo de deficiencia de calcio. Se encuentra en los productos lácteos, el salmón, las anchoas, las sardinas, las verduras de hoja verde oscura, el brócoli y los frutos secos.
El magnesio es otro mineral que hay que tener en cuenta si se sufren calambres y tics, ya que ayuda a mantener el funcionamiento normal del sistema musculoesquelético. Los alimentos ricos en magnesio son los frutos secos, las semillas, las lentejas, los productos integrales, los plátanos y los aguacates.
Cabello débil y caído
El cabello fino, quebradizo o con tendencia a partirse puede ser un síntoma de deficiencia de biotina (vitamina B7), que se encuentra en las yemas de huevo, la carne, el pescado, los productos lácteos, los frutos secos, las frutas de agua dulce, el brócoli, las espinacas y los boniatos.
Las personas que tienen menos de 50 años y no padecen enfermedades crónicas, pero que se les cae el pelo en grandes cantidades, deberían centrarse en aumentar ciertas vitaminas y minerales que pueden ralentizar o detener este proceso. Conviene prestar atención al hierro, el zinc, la vitamina B3 (niacina) y los ácidos grasos omega 3 y 6.
Los síntomas anteriores de las deficiencias vitamínicas son sólo la punta del iceberg: si se subestiman, pueden convertirse en enfermedades difíciles de tratar. Por lo tanto, vale la pena cuidar las comidas variadas y saludables, que pueden ser proporcionadas por un catering dietético adecuadamente seleccionado.